domingo, 9 de marzo de 2008

Ciudad de la cultura.


El diseño destinado a la preservación, exhibición y producción de la cultura así como su estudio e investigación se desarrolla a partir de dos factores principales: el primero es el plano de las calles de la ciudad medieval de Santiago apreciado como mapa topográfico desde otra montaña más alta, el segundo es la retícula del plano cartesiano que resulta de esas rutas medievales.

MUSAC.Museo de Arte Contemporaneo de Castilla y Leon.


Quinientas vigas prefabricadas cierran unos espacios caracterizados por la repetición sistemática y la expresividad formal...

Patio herreriano.museo de Arte Contemporaneo Español.Valladolid.


El Museo Patio Herreriano dispone de 2.500 metros cuadrados de espacio útil: un recinto interior que incluye los amplios corredores de las dos plantas del claustro, el patio principal (donde se ubica la estatua de los Reyes de España), el Patio de Novicios (contiguo a una sala de actos) y una sala de juntas. Además, el Museo cuenta con una plaza ajardinada de acceso al Patio Herreriano. Este recinto exterior está disponible también para celebrar cualquier tipo de actos.

La gestión de espacios del museo ofrece una serie de servicios destinados a atender a empresas, colegios profesionales, organizadores de congresos, agencias de comunicación, agencias de viajes y otras instituciones...

LABoral Centro de Arte y Creación Industrial.


La adecuación de estos 14.338 m² de espacio útil con que cuenta el centro ha supuesto una inversión superior a los 11 millones de euros....

viernes, 7 de marzo de 2008

Dia: Beacon. El coloso devorador de La Idea.


Dependiente de la Dia Art Foundation –una de las más destacadas instituciones dedicadas al arte contemporáneo en todo el mundo- abre sus puertas el 18 de mayo de 2003. Localizado a las orillas del Hudson River en Beacon (New York), el edificio cuenta con una superficie cercana a los 89.000 metros cuadrados, de los cuales se dedica alrededor de 73.000 metros cuadrados a área expositiva bajo el nombre de Riggio Galleries –en honor de Louise y Leonard Riggio, principales mecenas de la Dia Art Foundation-. La sede del museo corresponde a una antigua fábrica –construida en 1929 por el arquitecto Louis N. Wirshing a estilo industrial de principios del siglo XX- rehabilitada tras su donación a la fundación en 1999, tras dos años de obras a cargo del estudio de arquitectos OpenOffice y el artista Robert Irwin .
La colección que alberga el Dia: Beacon, se nutre de la permanente del Dia Center for the Arts. La planificación de las salas ha sido pensada para destinarse a muestras individuales y para acoger obras de formato monumental cuya exhibición en museos convencionales resulta deficiente. Así el museo ofrece amplias galerías en las que disfrutar de piezas –por este motivo “problemáticas”- de artistas como Joseph Beuys, John Chamberlain, Walter De Maria, Dan Flavin, Donald Judd, Richard Serra o Sol Le Witt, entre otros. La colección recorre desde el arte americano y europeo de principios de los años 60 hasta creaciones de la actualidad. La sala principal acoge cerca de 80 pinturas de Andy Warhol correspondientes a la serie conocida como “Shadows” realizada en 1978.
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Fuente: Clarin

Una antigua fábrica ubicada en Beacon, a una hora al norte de Nueva York, se convertirá mañana en el primer museo dedicado a la principal generación de artistas neoyorquinos. No se trata de Pollock, Rothko ni de Koonig. Es una generación que cumplió la mayoría de edad en el curso de las décadas del 60 y 70; es la generación que comprende a Donald Judd, Dan Flavin, Walter De Maria, Michael Heizer, Robert Smithson, Sol Le Witt, Andy Warhol, Robert Ryman, Agnes Martin, Bruce Nauman y Richard Serra. La historia del arte norteamericano tendrá que reescribirse. Son sobre todo, hombres que tienen un gran ego y grandes ideas. Fueron los primeros norteamericanos que ejercieron influencia sobre los europeos. El trabajo de estos artistas cambió, o por lo menos cuestionó, la naturaleza del arte: cómo era, qué materiales usaba, qué actitud tenía ante los lugares donde se lo exponía, su relación con la arquitectura, la luz y el espacio. Los artistas cuestionaron incluso si el arte necesitaba ser un objeto tangible. Minimalismo, postminimalismo, arte terrestre, video arte, conceptualismo; de pronto el arte era sólo una idea, un pensamiento escrito en un papel. Podía ser efímero o atmosférico, al igual que la experiencia de una habitación iluminada con tubos fluorescentes de colores.

Ese arte se sintió tan cómodo como los artistas en los lofts de las fábricas abandonadas del Lower Manhattan, que se convirtieron en estudios y galerías. Pero buena parte del mismo era demasiado grande para una galería. "Spiral Jetty", de Robert Smithson, era una masa de basalto y tierra de 6.650 toneladas con la forma de un espiral gigante de 460 metros de largo que se proyectaba en el Gran Lago Salado de Utah. Los artistas exigieron un espacio acorde a su estética.

Ahora llega Dia:Beacon, cuyo nombre nada tiene que ver con esta palabra en castellano. Sus responsables explican que Dia era una palabra griega que significaba "a través de" y denotaba un continuo. Instalado en una fábrica construída en 1929, será el museo de arte contemporáneo más grande del mundo, con más de 23.000 metros cuadrados. La arquitectura no es la estrella; lo importante son las grandes dimensiones de las salas, algunas de las cuales tienen el largo de un campo de fútbol.

Un carismático galerista alemán, Heiner Friedrich, y su esposa, Philippa de Menil, concibieron en 1974 a Dia como lo opuesto a un museo Unos doce artistas —sus elegidos— tendrían completa libertad y se les permitiría llevar a cabo su trabajo tal como ellos lo dispusieran. Esto, por supuesto, alimentó resentimientos y celos en el mundo artístico, pero Friedrich comparó su tarea con la de los Medici. Durante un tiempo, Dia invirtió millones en la financiación de proyectos como "Lightning Field" (ver foto) de Walter De Maria, para el que se colocaron grandes barras de acero que atraen los rayos en una zona apartada de Nuevo México, creando una cúpula de relámpagos. También se invirtieron cuatro millones en "Dream House", de La Monte Young y Marian Zazeela, un edificio de la calle Harrison, en el Lower Manhattan, donde se encontraban las proyecciones luminosas de Zazeela y la música electrónica de Young sonaba las 24 horas sin parar.

Dia compró Fort Russell, una ex base del ejército en Texas para que Judd creara un museo privado de su obra y del trabajo de algunos otros artistas que admiraba. El proyecto simbolizaba el alcance y la ambición desmedida del arte de su generación. La fortaleza era una ex base de caballería para el patrullaje de la frontera mexicana, luego transformada en campo de prisioneros alemanes durante la Segunda Guerra. En el centro del fuerte se encuentra el principal trabajo de Judd, que constituye un santuario del minimalismo: cien cajas de aluminio instaladas en dos cobertizos, verdaderas catedrales gemelas con techos de planchas corrugadas. Judd reemplazó las puertas de los cobertizos por grandes ventanas para que el sol pudiera dar sobre las cajas, dando por tierra de ese modo con el prejuicio de que las esculturas son monótonas. El trabajo ejemplifica la naturaleza paradójica del minimalismo: el puritanismo queda superado gracias a una sensual combinación de sorpresa óptica y detalle. Tiempo, luz, forma: Judd hace que la atención de los visitantes se concentre en estos fundamentos de la experiencia humana mediante formas simples que se presentan de forma exquisita.

Agrupar a Judd con Nauman, Serra y Warhol en una "generación" supone reunir gente que tiene distintas edades y estilos. Todos ellos, sin embargo, empezaron a ejercer su influencia en los 60 y 70, cuando la experimentación cuestionaba la definición de todo tipo de arte. El arte no volvió a ser el mismo después de eso.

Mientras tanto, artistas plásticos como Martin, Ryman y Frank Stella pintaban obras que eran apenas unas pinceladas o blanco sobre blanco. Su fuente de inspiración era en parte Pollock, pero rechazaban el culto al expresionismo de los años cincuenta que él representaba. Pollock había revolucionado el arte abstracto mediante sus técnicas pictóricas, pero en la década de 1960 tenía tanta influencia sobre los escultores como sobre los pintores. Serra remitía al vocabulario líquido y al movimiento de Pollock mediante el recurso de bajar la escultura del pedestal y colocarla en el suelo.

La vida de Friedrich —hijo de un importante industrial— sufrió un vuelco cuando visitó la capilla de Matisse en Vence, Francia, así como también cuando viajó a Grecia e Italia, donde vio "arte y arquitectura, pero cada uno en su lugar". La capilla de la Arena del Giotto en Padua fue para él "el inicio del desarrollo de Dia". La capilla es obra de un único artista y un lugar singular, complejo, revolucionario, que atrae una verdadera peregrinación cultural y espiritual. Entonces Friedrich abrió una galería en Munich en 1963 y luego una segunda en Colonia. Pero pronto se desanimó como consecuencia del eterno ciclo de muestras breves y ventas. Al mismo tiempo, advertía que artistas como Judd y De Maria iban hacia un tipo de arte que museos y galerías no podían contener.

Harto de luchar para recaudar fondos en Alemania, Friedrich se trasladó en el año 1971 al SoHo, donde su galería se convirtió en un salón muy frecuentado por artistas. Pronto se enamoró de Philippa de Menil, heredera de la fortuna petrolera Schlumberger e hija de Dominique y John de Menil, los coleccionistas de arte que habían encargado la Capilla Rothko de Houston y cuya Colección es un ejemplo del gusto de la familia por la simplicidad cara y fascinante.

¿Quién puede saber cuánto de Dia puede atribuirse a la visión de Friedrich, a la influencia de los Menil o a la contribución de Helen Winkler, cofundadora de Dia que trabajaba para los Menil?

La idea general fue surgiendo de forma gradual, y era pura y hermosa si se aceptaba la premisa de que valía la pena gastar millones de dólares en arte abstracto y complejo que poca gente apreciaba en esa época. También el tiempo era un concepto relativo para Dia. Se estimaba que proyectos como "Lightning Field", por ejemplo, durarían siglos. Si se calcula la asistencia en décadas o siglos, la multitud se convierte entonces en un pequeño grupo de devotos que peregrinaban al desierto de Nuevo México año tras año.